viernes, 16 de septiembre de 2011

MAESTROS

Si repasamos nuestra vida podemos descubrir cuánto le debemos a los maestros y los profesores que se han cruzado en nuestro camino: no puedo olvidar a la maestra que me enseñó a leer y a escribir en Párvulos, a los que estuvieron conmigo durante la E.G.B., a los que luego en el Instituto acrecentaron mi amor por cosas que hoy me gustan tanto. Son muchos nombres que me vienen a la memoria, muchas personas a las que profeso un agradecimiento sincero porque sé lo mucho que les debo y porque estoy convencido de que también me enseñaron a ser mejor persona. Y además me niego a olvidar que pude estudiar en la Universidad porque había becas del Estado para los hijos de los trabajadores. Confeso creyente de la educación pública, me acuerdo mucho de los maestros en este inicio del curso escolar en el que parece que un país que sostiene decenas de televisiones autonómicas y locales e instituciones tan inútiles como el Senado, no puede garantizar un mínimo de calidad y de decencia en sus escuelas públicas.

Me acuerdo de mis maestros de la infancia y de la adolescencia y pienso en esos maestros a los que este septiembre de 2011 se les tiene que estar haciendo muy cuesta arriba. Hasta ahora habían tenido que soportar trabajar en centros escolares que en muchos casos no han sido mejorados desde que se construyeron hacen treinta o cuarenta años, o que se instalaron provisionalmente en barracones de obra y todavía siguen allí. Hasta ahora habían tenido que soportar que los padres de cualquier criatura se personasen en el centro escolar y les gritaran o incluso los golpeara por haber suspendido a su niño. Nadie ha pensado nunca en las horas que tuvieron que dedicar, cuando eran jóvenes, a estudiar una carrera y a preparar unas oposiciones, y constantemente se les reprocha lo que cobran (a más de 1.500 euros mensuales se llega a fuerza de muchos trienios) y lo bien que viven. La puntilla, sin embargo, se la han dado Esperanza Aguirre y Ana Botella, que tras el baño de espiritualidad que se dieron durante la visita de Benedicto XVI, vuelven a la carga con ánimos redoblados. Qué íntima desolación he sentido desde que las oí tachar a los maestros y profesores poco menos que de vagos y de insolidarios, y qué tristeza más grande al entender que le estaban ofreciendo carnaza a una sociedad que desprecia a los maestros y a la que los políticos le dan argumentos para actualizar la vieja y odiosa creencia de que viven de puta madre y disfrutan de unas vacaciones de órdago. Después de lo que dijo Esperanza Aguirre me imagino al maestro de turno soportando que un padre le grite que él, que gana como un ministro y trabaja como un cura, no puede decirle cómo tiene que comportarse su hijo en el aula ni cuánto tiene que esforzarse para aprobar y que lo que tiene que hacer es trabajar más y predicar menos. Aguirre y Botella han dejado a los maestros y a los profesores desnudos frente a las inclemencias de una sociedad que ya de por sí valoraba muy poco su valiosísimo trabajo.

Es difícil que este país pueda acabar con atrocidades como la del toro de la Vega de Tordesillas mientras su escuela pública es puesta en la picota por quienes más obligados están a cuidarla y mejorarla. La educación pública, con sus maestros y sus becas y sus colegios humildes que no pueden competir con los pomposos centros privados y concertados, es el elemento central del Estado del Bienestar: ha sido la educación pública la que ha permitido reducir las desigualdades entre clases y la que ha posibilitado el mínimo ascenso social que se ha producido en España. Ahora que vienen dispuestos a desacreditarla antes de desguazarla, no sé me ocurre mejor homenaje a tantos y tantos maestros que están siendo juzgados y condenados moralmente que, simplemente, decirles GRACIAS.

Manuel Madrid Delgado. (IDEAL, 15 de septiembre de 2011)

miércoles, 7 de septiembre de 2011

LA DELEGADA VISITÓ LAS OBRAS

Durante el pasado mes de julio la Delegada de Educación, Angustias Mª Rodríguez Ortega, visitó el colegio para supervisar las obras de los tejados de los edificios de Ed. Infantil y Primer Ciclo de Primaria. Estuvo acompañada por el alcalde de Cazorla y el director del C.E.I.P. Virgen de la Cabeza, entre otras personas.